Wednesday, June 13, 2007



Desperté en medio de un sueño; Cielo encarnado escarlata, nubes formando montañas con gigantes grutescos que eran traspasado por los rayos de sol naranja. Ángeles tocando arpas desentonadas y querubines vestidos de gala, danzando a la luz de un cacho de luna platinada...

Y se acerco a mí a contarme una historia, o era un cuento...?

Dejando el alma perdida en el aposento del tiempo, cerré mis ojos y escuché con arrogancia el cuento que el viejo contaba como si hubiese sido cierto...

“Se dice que entre las piedras se esconde el cuento. La historia ha sido contada, grabada, y vocalizada sin dejar que sea vendida por el pensamiento.”

“Fue en tiempo de primavera”

“A veces se olvidaba del tiempo hablando con la luna bajo la noche silenciosa. En ocasiones dictaba la cosecha con las chicharras y se desencaminaba persiguiendo ninfas y duendes desgreñados que escapaban cerca del lago. El alba se levantaba entre pinceladas de acuarelas y cantos alocados de lo que parecía ser sirenas. El crepúsculo se perdía en una orgía estacional con el sol y el viento.

¡Si, sin duda alguna era la hermosa primavera!


Se la encontró una mañana radiante, la amo en el mismo minuto en que sus sentidos se fijaron en su olor. Jugó con sus labios, acario su pasión de color violeta, se rindió ante su misma voluntad y entrego cada pedazo de su corazón sin siquiera preguntar. Corrió detrás de ella saciando su amor en un beso, una caricia, y entrego su amor en un penetrante desasosiego. No pensó que era Primavera, no pensó que el amor no se regala a cualquiera...

Con amapolas bellas llego a buscar a quien amaba sin reserva. El mismo tiempo lo advirtió del porque no debió entregar su corazón a quien desaparecería al final de la primavera.

Ya no supo mas quien era, el mundo para él se silencio. Se olvido del motivo y a ratos pensaba que le germinaban flores por los poros o que brillaba como luciérnaga en tiempo de mariposas tempraneras. En ocasiones se escuchaba hablar con las libélulas y sentía que volaba como paloma en pleno otoño desatendiendo tropezar con cualquier. Aprendió hablar con el pensamiento, a cantar con el corazón y a llorar a señas, todo por si ella llegaba no se diera cuenta de su amarga pena. Se disfrazaba de fantasma, reía con las azucenas y divisaba gigantes de nubes que danzaban con doncellas.


El tiempo lo consumía con si el fuera un cualquiera.




Corrió de la mano con la lluvia, jugo a escondidas con el viento, y platico sin cesar con el invierno. Aprendió a amar el aroma de su cristalino cabello, termino por aprender a olvidar el recuerdo, y alcanzo en relevo al tiempo... No hizo preguntas, no quiso entender él porque de los hechos. Pudo por fin domar su propio reino, controlar él aren de sentimientos enfundando así el arma que lo mantuvo vivo en el mundo de los recuerdos.

Fue así como llego el verano, el invierno, y otra vez la primavera. No hubo noticias de ella. Y así el tiempo consumió el recuerdo de tan grande pena. Fue así como se perdió el alma del cuerpo...
De cuando en cuando se le ve corriendo con el alma en la mano y con el pecho al viento... esperando que llegue su amada y así detener el tiempo y amarla otra vez como si fuese primavera...”

~Vane/Junio 2007