Monday, November 07, 2005

Primer Domingo de Noviembre


El domingo pasado se acababa Octubre con delicadeza, no sin antes hacer mi cuarta aparición en el hospital, ya asta me acordaba del señor que venia a sacarle la sangre por tercera vez a Rocio, y también de la enfermera gordita con pelo rojo que tenia ese tic en sus ojos.
Ese olor a sangre, con orines y medicamentos, caras silenciosas, interrumpido susurros por las llamadas inevitables en los altavoces y fantasiosas caminatas de la muerte haciendo su “full timejob”, ya se me era familiar. Odio los hospitales.

Bueno no siempre me detengo a curiosearle la vida a la gente, pero en una sala de emergencia no queda de otra. Quizás la señora de pañuelito en la cabeza lo captó cuando no podía dejar de verla caminando enfrente de nosotras, para un lado, y para el otro, con una mano en la espalda y quejándose pero sin reflejar el dolor. Yo le calcule entre unos 50 y tantos años, su tez era como amarillo opaco, y su mirada deparaba angustia y desesperación pero con un aire pacifico que me encogía el corazón. La acompañaba otra señora la cual la seguía por toda la sala con frustración atosigante.
Como es mi costumbre no podía dejar de dibujarle una vida, darle un nombre y apellido, una familia(hijos, esposo, nietos, trabajo y casa) la conexión fue aumentada al pasar de los minutos, y no podía dejar de imaginarme que era lo que le pasaba a la señora.

Podía escuchar lo que la señora le decía a la enfermera. “Tengo mucho dolor, el dolor es incontrolable, por favor haga algo”. Inmediatamente le explicaron que le iba a conseguir una cama, y que la iban a hospitalizar, y ella seguía caminando de un lado a otro con la mano tocándose la espalda... Cáncer, si esa enfermedad que pudre a la persona por dentro, no puede imaginarme el dolor que esa señora llevaba acuesta este día.

Sacarme la pregunta que redundaba en mi mente era obsoleto. ¿Que se sentirá saber que uno va a morir en un par de meses?


Noviembre engalana con el otoño, ayer era Domingo, ¡ aha! La calle en frete de mi casa esta bella, los colores son impresionantes. Ayer, hizo una tarde especial, empezó con un viento despampanante parecía que estaba nevando hojas de colores rojizo, amarillo intenso y café amarronado, el cielo se puso negro, las calles lucían bohemias atiborradas de hojas y la luz de las lámparas sacaban mis suspiros, era el alma captando la magia de ese momento. La lluvia comenzó con tanta fuerza que más bien parecía como enfurecida por el ruido de los relámpagos y truenos... ¡ahhh! Abrí todas las ventanas y me senté enfrente de la mas grande con mi laptob y el sonar de la lluvia y el viento, puedo pasar horas observando sin perderle momento a lo intenso de ese tiempo..... después de algunos minutos, mi primer pensamiento fue; ¡que habrá pasado con la señora de la sala de emergencia! Estará en la ventana del hospital mirando este espectáculo, ¿será Noviembre vehemente con ella?... eso nunca lo sabre



GG Marquez, fue el segundo pensamiento;

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan, y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, esperaría a que saliera el sol. Pintaría, con un sueño de Van Gogh, sobre las estrellas un poema de Benedetti y una canción de Serrat, sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas para sentir el dolor de sus espinas y el encarnado beso de sus pétalos....

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida..... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, ¡sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!. A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres..... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera, el dedo del padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas las cosas que he podido aprender de ustedes, que realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo".

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